miércoles, 15 de octubre de 2014

LA AMBICION DE ALGUNOS, LA PESADILLA DE OTROS

Cuanto más observo las noticias, más desazón siento ante lo que ocurre. Ambición elevada a la enésima potencia. La ambición en sí es buena pero deja de serlo cuando se transforma en obsesión y cuando el fin es satisfacer necesidades que no tenemos a costa de pasar por encima de otros.
Corrupción, corrupción, corrupción y corrupción es con lo que nos encontramos cada vez que abrimos el periódico, encendemos el televisor o visitamos páginas informativas en internet. De todos los colores, en todos los ámbitos. Maldita política!!! O maldita sea en lo que se ha transformado la política. En su definición, es tan positiva y tan necesaria... Pero se ha perdido toda la moralidad. La gente ha olvidado que el fin verdadero de la política es servir al pueblo, se le ha dado la vuelta por completo al concepto y ahí tenemos, esa "casta" que no sale ni con agua caliente. Mi nivel de indignación sube por momentos, esa gentuza anclada en sus sillones, todos los días salen casos nuevos de atracos, robos en toda regla a los que nos somete la clase que nos gobierna. Y algunos se quedan impasibles como si en vez de sangre tuvieran horchata. Señores indiferentes, saben ustedes que nos están robando a todos??? Lo que durante tanto tiempo y con tanto esfuerzo hemos conseguido se está yendo a la mierda literalmente mientras unos cuantos compran cochazos, se pegan fiestas y viajes a nuestra costa. Sí, así es.
Harta y muy harta de las tarjetitas de Bankia, de los millones de Bárcenas y compañía, de tantas cuentas en Suiza, que todavía no entiendo porqué no es delito tener dinero allí. Creo que se debe tributar por lo que cada uno tiene, pero no, tributa el pobre, el trabajador, porque el poderoso tiene mil y un armas para esconder todo el dinero. Mientras nos sangran a impuestos a los ciudadanos de a pie, los que nos sangran viven a cuerpo de rey.
A costa de qué? De cargarse nuestra Sanidad, nuestra Educación, el futuro de nuestros hijos y el nuestro propio. Gestores incapaces tienen que pasarse entre las manos el dinero que se recauda, la justicia que se imparte, los protocolos de las "enfermedades". Ineptos que todavía tienen la cara dura de coger un micrófono y ponerse delante de unas cámaras a contarnos cuentos. Qué vergüenza siento cada vez que veo al presidente de mi país, al que por supuesto no voté diciendo cosas como "fin de la cita". Vergüenza me da la vicepresidenta saliendo con esa pinta de albóndiga a hacernos creer que es inteligente o peor, que tiene algo inteligente que decirnos cuando habla mucho y no dice nada. Vergüenza siento ante el "diferido" de la Cospe, y perplejidad al ver que ella no la siente de sí misma. Y lo peor es que todavía hay gente que respalda a esta gentuza que lo único que hace es vivir del cuento porque no se puede ser más inútil. No, rectifico, ojalá se limitaran a vivir del cuento, no, es que encima, como si eso no fuera bastante, como si no cobraran unos sueldazos en un país donde hay millones de hogares que no tienen ni para comer, como si los privilegios de los que gozan no fueran bastante, todavía nos roban para asegurarse un futuro como si fueran a vivir mil años y lo peor, un futuro que no merecen porque el problema de robar es que le quitan a otro lo que legítimamente es suyo.
Hemos perdido el sentido de la ambición sana, de la política como servicio al pueblo y poco a poco, si no se remedia esta desidia, perderemos los principios fundamentales del ser humano. Y sin eso....