lunes, 18 de agosto de 2014

LOS PELIGROS DE LA CONFLUENCIA

Antes de nada, quiero aclarar que hablo desde mi propia opinión construida sobre mi percepción de las cosas. No quiero ir de psicóloga ni nada parecido. Sólo que hoy me ha apetecido escribir sobre esto debido a una conversación con una buena amiga.
Hay personas que no son capaces de empatizar con nadie (afortunadamente no conozco muchas) y hay personas que hacen todo lo contrario, pasan a un nivel más allá de la empatía; la confluencia. Esto es, sentir lo mismo que la persona que nos cuenta algo, sentir dolor si lo que nos cuenta es doloroso...
Esto es algo a lo que hay que prestar especial cuidado, en primer lugar, porque nos hace daño, porque no podemos hacer propio un problema que no lo es, ya tenemos bastante con los que son nuestros. Pero es que además, es algo INÚTIL. De qué le sirve a mi amigo/a si cuando me cuenta un problema que le atormenta yo también me angustio? De nada absolutamente, al contrario, porque me lo cuenta buscando un alivio, un escape, un desahogo, necesita de mi cariño, de mi comprensión...Y atención: Me necesita totalmente entera y sana, no destrozada como pueda estarlo él/ella.
Si no logramos evitar esa confluencia, llega un momento en que cargamos sobre nuestros hombros un peso realmente insoportable. El peso que nuestra vida nos pueda generar y el de la vida de los que queremos y nos quieren.
Tenemos que aprender a cuidarnos, tenemos que aprender a separar lo que es mío de lo que es tuyo porque por mucho que yo te quiera, si me siento mal por tu dolor, me desgasto y lo que es peor, no puedo aliviarte en nada el tuyo.
Tiene que llegar ese "darse cuenta" del que habla Bucay, ese "comprender desde el corazón" para que se produzca ese aprendizaje desde el interior.
Sé que te sirvo de más ayuda si empatizo contigo pero en el momento en que confluya, ya no soy objetiva y estoy tan dañada que ya no te puedo ayudar. Al menos, si no lo hago por mí, el mantenerme un poco al margen emocialmente hablando, al menos, debo hacerlo por ti.
Algo que es muy importante que una vez aprendido nos mejora mucho nuestra calidad de vida es: NO TENGO LA RESPONSABILIDAD DE LA VIDA DE NADIE, SOLAMENTE DE LA MÍA PROPIA.
Es decir, no puedo tomar decisiones que debería tomar otro. Por poner un ejemplo: No puedo evitar que mi amigo alcohólico beba (evitando tomar una cerveza delante de él o diciéndole que no pida un cubata, no puedo evitar que mi amiga que quiere dejar de fumar, fume (solamente porque yo tampoco lo haga en su presencia), no puedo evitar que una amiga se meta en una historia de pareja que no le interesa (impidiendo que quede con esa persona). NO PUEDO. Es así, ojalá tuviéramos la varita mágica para evitar situaciones "peligrosas" y fuéramos esa hada buena que hace que el mundo sea diferente a lo que es o las personas diferentes a lo que somos.
Como se suele decir: Preocúpate por todos pero, sin confluir, sólo tienes el poder de ti, hacia dentro....

No hay comentarios:

Publicar un comentario